El misterioso caso de la pasta “integral”

Azahar Salud Nutrición

En Azahar Salud somos muy “frikis” del etiquetado nutricional, por eso, una excursión al supermercado es para nosotros toda una “aventura” detectivesca. 

Hoy os presentaos el “sorprendente caso de la pasta integral que no era integral”.

…todo comenzó un domingo lluvioso, cuando fui a casa de mis padres, a mi madre le encanta la pasta y como sabe que a mi me gusta comer integral, para la “ocasión” había comprado pasta integral en el supermercado. Después de terminar el plato de pasta, sentí una leve inquietud… estaba a punto de comenzar un caso.

Pasta blanca Vs. pasta integral: la definición 

El Codex Alimentarius define las pastas alimenticias como los productos obtenidos por desecación de una masa no fermentada confeccionada con harinas, sémolas finas o semolinas procedentes de trigo duro o recio («Triticum durum») o trigo candeal («Triticum vulgare») o sus mezclas y agua potable.

La pasta integral se diferencia de la pasta blanca en que para su elaboración utilizan sémola fina o  harina de trigo duro integral, en lugar de refinada (la sémola fina y la harina se diferencian en el tamaño del grano, la sémola es granulosa. Dependiendo del tipo de pasta a elaborar y del fabricante se preferirá una u otra para la fabricación de la pasta).

Anatomía del trigo

Para conocer la diferencia entre las harinas o sémolas integrales y las refinadas, es necesario saber cual es la estructura del grano de trigo, que es el origen de ambas. El grano de cereal consta de dos partes: una parte externa o pericarpio y una parte interna. Podríamos diferenciar tres capas dentro de esta división: el salvado (que está en la parte externa) , el endospermo y el germen (que están en la parte interna). Cada una de ellas tiene su misión y sus propiedades: 

El salvado contiene principalmente fibra insoluble, aunque también vitamina B1, minerales y en pequeña proporción proteínas.

El endospermo sobre todo contiene almidones  y un poco de proteínas. 

El germen se distingue por su contenido en lípidos, proteínas, vitaminas E y B1 y minerales.

Tipos de harina 

La harina o sémola integral, se aprovechan todos los componentes del grano, es decir: el grano se limpia y se somete a molienda y el producto resultante es la harina integral, que conserva todas las capas del grano . Esa harina o sémola  será la que se usará como base para hacer la pasta integral. 

La harina o sémola refinada (blanca), se hace un proceso más elaborado en el que se eliminarán la parte del salvado y el germen, siendo el producto final  únicamente el endospermo. Este tipo de producto, el blanco, tendrá por tanto menor calidad nutricional que la opción integral, ya que será privado de determinadas vitaminas, minerales, proteínas y fibra.

Siempre es mejor la harina integral

Hay muchos estudios contrastados que destacan los beneficios del consumo de cereales integrales. Entre los más destacados encontraríamos las bondades de la fibra en la salud gastrointestinal, en la regulación de los niveles de azúcares en sangre  y como factor para la prevención de enfermedad cardiovascular.  Además, la calidad proteica y la riqueza de vitaminas , minerales y fibra es mayor en los cereales que conservan todas sus capas y optar por alimentos que nos aporten nutrientes de calidad es óptimo para equilibrar nuestra salud.

Pista principal: vamos con la etiqueta de los alimentos 

Rápidamente fui a la despensa a por el paquete de pasta que había usado mi madre, mi sentido de investigador se había alertado y quería saber la composición. Cualquier persona que no hubiera desarrollado esa manía tan friki, uséase mi madre sin ir más lejos, ni se plantearía la credibilidad de la afirmación que aparece en la parte frontal del envase, en letras grandes: PASTA INTEGRAL , CON TODAS LAS PARTES DEL TRIGO. Sin embargo en esa afirmación sabía que había un “caso” y ahí estaba la pequeña trampa: esa pasta no era pasta integral 100%. Los ingredientes revelan que se trata de una pasta refinada (blanca), a la que se le ha añadido parte de salvado y también del germen, pero en una proporción pequeña (un 8%). Y no es que la marca comercial esté haciendo nada ilegal, simplemente la normativa que existe se lo permite. 

El caso estaba resuelto, la pasta que mi madre compró como integral no era integral y la solución se encontraba en los ingredientes.

Aclaración del caso

¿cómo puedo darme cuenta? ¿donde debo enfocar mi lupa de detective , o mis gafas de vista cansada, cuando voy al supermercado y quiero comprar pasta integral? 

Vamos un momento hacia atrás… Cuando fui a la despensa a por el paquete, no solo me fijé en las afirmaciones publicitarias de la parte frontal del envase. La pista clave para la resolución fue leer los ingredientes.

¿Cómo van vuestras habilidades detectivescas?

En Azahar Salud queremos que desarrolleis habilidades que os ayudarán para resolver futuros “casos”. Para ello os proponemos esta prueba: 

¿Cual compraríais?
 Cuando os fijais solo en la información de la parte frontal, cualquiera de ellas sería válida. Todas ponen que el producto es integral. Cogeríais la que más “rabia os dé”. Sin embargo en la pista de los ingredientes  está la solución. 

Solución: 

Opciones acertadas 1 y 2 (pues nos llevaremos pasta integral, que es lo que queríamos comprar). 

Opción fallida 3  (se trata de pasta denominada como integral en el envasado pero que entre sus ingredientes lo que tiene es harina refinada a la que se le ha añadido salvado y germen aunque en una cantidad insuficiente para obtener los beneficios en cuanto a vitaminas, proteínas, minerales y fibra que aportan los cereales integrales).

Consumidor responsable

La decisión final de comprar pasta integral es tuya. Así que cuidado con lo que compras y que no te den gato por libre…

Seguro que la próxima vez que hagas la compra tu a sentido detectivesco se agudizará y no dejes de compartir  tus “casos más sospechosos” con nosotros 😉

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