Septiembre y la vuelta de los madrugones
Si agosto es el mes sin despertador, parece que septiembre es el mes de los madrugones, el mes de niño-vístete-que-llegamos-tarde…todo esto si lo gestionamos bien no tiene que ser un drama, todo lo contrario, puede ser toda una experiencia y es que la vuelta a la rutina nos permite hacer cosas nuevas…
En septiembre, como en enero, estamos llenos de propósitos para el “nuevo curso”. En el mes de septiembre es donde se juegan los preliminares para lo propósitos, con P mayúscula, por los que brindaremos en el “año nuevo”.
En septiembre, a muchos nos entra la nostalgia post vacacional, pues ya no tendremos tiempo para poder hacer lo que realmente nos hace disfrutar, ya no tendremos ese tiempo para nosotros: tiempo para nuestros hobbies, tiempo para estar con la familia sin horarios, tiempo para contactar con la naturaleza, para conocer nuevas ciudades, para disfrutar de nuevas gastronomías, tiempo para no hacer nada…
TIEMPO
Las vacaciones suelen tener un común denominador: el tiempo. Independientemente de la forma que tomen, durante las vacaciones hemos gozamos de un tiempo del que carecemos en nuestro día a día y es que : “el tiempo es oro”.
Las cosas buenas requieren de tiempo y el ámbito de la alimentación no es una excepción.
En mi experiencia, el tiempo es el común y puede que el más importante freno en aquellos que no consiguen satisfacer su intención de llevar una vida saludable:
– Es que con mis horarios de trabajo no tengo tiempo de ir al mercado…
– Ya, si a mi me gusta mucho cocinar pero es que no tengo tiempo…
– Si es que con los niños no tengo tiempo para nada, y menos para el ejercicio…
PRIORIZANDO
Por suerte o por desgracia el día tiene 24 horas y pesar de ello, nuestro día a día parece demandar un tiempo infinito.
¿Se podrá estirar el día? aunque solo sean unas horitas más…Pues de momento creo que está complicado, así que mejor que seguir idealizando las posibles maneras de alargarlo o lamentarnos por su limitada duración, algo que sí podemos hacer con el tiempo es elegir: elegir en qué queremos invertir ese tiempo real. Establecer unas preferencias en nuestra vida; preferencias que serán como los hilos invisibles que articulan nuestras acciones diarias.
Muchas de las personas que conozco que tienen tiempo para llevar unos hábitos saludables son persona para las que la salud es una preferencia , son personas que se han comprometido con el cuidado de si mismos en todos los ámbitos: físico, emocional, mental. Le dan importancia a pensar qué es lo que van a comer, cómo lo van a cocinar, qué es lo que les sienta mejor y qué peor, ponen conciencia a la hora de elegir y comprar los alimentos, le dedican un tiempo a la actividad física e invierten en su educación nutricional.
PROPÓSITOS
Así que para este Septiembre : ¿qué te parecería revisar, entre tus propósitos para el nuevo curso, el compromiso con tus hábitos alimentarios? ¿ Qué lugar ocupan en tu orden de preferencias? ¿Cuanto tiempo inviertes en tu salud?
Una vez lo hayas revisado puedes ir tomando acciones como : dedicarle un poco de más de tiempo a elegir los alimentos que vas a comer , ir al mercado aunque sea una vez a la semana, cocinar más, aumentar tu actividad física, hacer elecciones más saludables cuando comas fuera de casa … Y así actuar en la dirección hacia unos hábitos saludables y duraderos en el tiempo.
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